Una de la principales preocupaciones del estudio de arquitectura
Stanton Williams fue insertar un nuevo edificio en un paisaje natural a las afueras de
Londres con edificios construidos en la década de 1950. Por lo tanto se enfrentaban a un doble reto, respetar el entrono natural y el arquitectónico al mismo tiempo. Para maximizar la orientación a las vistas, los arquitectos diseñaron una casa con líneas contemporáneas, con caras transparentes que diluyen los límites entre el interior y el exterior. Los espacios internos son muy grandes, favorecidos por la estructura ligera, con pilares circulares.
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© Edmun Sumner |
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En la planta baja, encontramos el principal espacio para la vida, un gran salón a doble altura. En esta planta baja se integra además, tras una puerta corredera, la cocina. La altura del techo de seis metros y paneles de vidrio que se extienden del techo al suelo mejoran la sensación de amplitud. Unas grandes lámparas esféricas contrarrestan el exceso de sensación espacial provocada por la gran altura de los techos.
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La superficie superior está definida por una gran caja rectangular que descansa sobre la unidad parcialmente vidriada. Es en este nivel donde se sitúan cuatro habitaciones con vistas directas sobre el paisaje natural circundante, todas cuentan con balcones a los que se accede a través de puertas compuestas por lamas de madera africana.
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© Edmun Sumner |
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