El estudio de arquitectura checo Uhlik Architekti recibió un encargo singular, el cliente deseaba un espacio en el que poder ocultarse y huir de la vida frenética de Praga. Ya había adquirido con anteriroidad al encargo una parcela en medio de la naturaleza dentro de la región de Bohemia, un lugar que le traía recuerdos de su niñez. "Nos llevó a un lugar apartado y olvidado. Estaba en e medio del campo, entre bosques y prados, lleno de piedras extrañas. El paisaje mágico y el deseo del cliente caló en nuestros corazones.", comentan desde el estudio Uhlik Architekti.
"Nos llevó a un lugar apartado y olvidado. Estaba en e medio del campo, entre bosques y prados, lleno de piedras extrañas. El paisaje mágico y el deseo del cliente caló en nuestros corazones." Uhlik Architekti.
Los arquitectos decidieron construir con sus propias manos, una casa de tan sólo 16 m², con el apoyo de un carpintero y un herrero. La casa se adapta al terreno: su entrada descansa sobre las rocas más bajas, mientras que el fondo se asienta suavemente sobre una roca.
El interior de la casa consta de una sola habitación, un espacio libre y multifuncional con tres funciones: servir como asiento, cama y armario.
El exterior de la casa fue construida con madera procedente de los árboles del entorno, mientras que el interior ha recibido un recubrimiento de OSB (paneles de madera industrial). La vivienda se sella con dos capas de tela asfáltica.
Las superficies de vidrio que encontramos en la puerta lateral y la ventana trasera, garantizan la entrada de abundante luz. Paneles de madera esconden completamente los cristales. Así que cuando no hay nadie allí, el edificio se convierte en otra piedra en el medio del bosque.