En la cocina, armarios y frontones negros salen del estándar y reciben una luminaria de Poul Henningsen y mesa Saarinen blancas. La estampa discreta de la alfombra marroquí deja la mezcla más encendida y vibrante, pero sin llamar demasiado atención. Es ahí donde se revela el truco: los tonos terrosos que surgen en los jarrones y cuadros dan vida y calor al diseño interior. Magnetismo puro.
En la cocina, armarios y frontones negros salen del estándar y reciben una luminaria de Poul Henningsen y mesa Saarinen blancas. La estampa discreta de la alfombra marroquí deja la mezcla más encendida y vibrante, pero sin llamar demasiado atención. Es ahí donde se revela el truco: los tonos terrosos que surgen en los jarrones y cuadros dan vida y calor al diseño interior. Magnetismo puro.