El objetivo era construir un nuevo hogar con un diseño que permitiera una transición funcional. Es decir, que fuese lo suficientemente manejable y acorde a los ingresos de los promotores y grande para dar cabida a sus hijos y nietos cuando estos los visitasen. La casa dispone de una planta libre con grandes paredes pensadas para colocar la colección privada de arte. También se ha buscado por parte de los arquitectos mantener una fuerte conexión entre los espacios interiores y los exteriores, fomentando el uso del jardín por parte de sus propietarios.
La casa es una combinación única de culturas - el esposo es de Haití y la esposa de Suiza. La estética resultante ha derivado en un diseño tradiconal, una mezcla ecléctica de estilo caribeño y del Viejo Mundo. Desde hace años este vecindario californiano está protegido por leyes urbanísticas que obligan a las nuevas construcciones tener una estética "española". En este proyecto algunos elementos como las columnas, los arcos o la balconera de madera están inspiradas en la arquitectura tradicional andaluza. Un mirador aporta luz adicional al comedor al tiempo que estéticamente le aporta el toque de arquitectura revival propio de las construcciones adyacentes.