Esta particular vivienda diseñada por Petr Hajeken una zona residencial a las afueras de Praga se sitúa en el centro de un jardín. Cada habitación individual está orientada a uno de los árboles que lo componen reforzando la relación de sus habitantes con la naturaleza. El salón se sitúa frente al manzano, el dormitorio principal, al cerezo, el baño, al melocotonero, la habitación de invitados, al abeto de plata y habitación de los niños, al nogal. Por tanto cada habitación tiene una vista única que le imprime un carácter propio.
El edificio se asienta sobre el prado, como un camaleón al sol, de ahí el nombre con el que ha sido bautizado por el arquitecto al edificio, Casa Camaleón. La piel de la fachada también se inspira en la piel dura y rasposa formada por escamas de este reptil. La fachada ha sido creada a partir de una capa de pintura semi-brillante que le confiere un aspecto ciertamente futurista que refleja los colores del jardín y el cielo. Las ventanas se abren como los ojos del camaleón sobre el paisaje circundante, cada una se adueña de una porción del jardín..
La geometría de las paredes crea dos tipos diferentes de espacios dentro de una parcela: "Los espacios de la casa" y "los espacios del jardín". "Los espacios de la casa" se enfrentan a los árboles en el jardín, mientras que los "espacios de jardín" son intervalos entre "los espacios de la casa", ya que son, de hecho, invisibles desde el interior.