El estudio de arquitectura de Elsa Urquijoha completado en La Coruña, España, la nueva sede del la Institución Benéfico Social Padre Rubinos. El nuevo complejo nace, según sus arquitectos, de una forma silenciosa de entender la arquitectura. La edificación se concibe como una cobertura para la vida que transcurre en ella, un espacio sereno, íntegro y con voluntad de permanencia. Todo ello queda reflejado en la sencillez y minimalismo de su diseño plagado de formas rectas y con el blanco como color dominante. El uso de la linea horizontal surge como consecuencia de esa búsqueda de sosiego y relajación configurando una sucesión de espacios mensurables y ordenados.
Los patios son uno de los elementos caracteristicos del complejo aportan funcionalidad como articulador de los diferentes espacios y espirualidad aportando iluminación natural a los espacios interiores y conectando visualmente interior y exterior.
"Los diferentes volúmenes se adaptan a la morfología del terreno de forma que tanto en planta baja como en las superiores hay comunicación directa al exterior".
La residencia de ancianos ocupa el uso más extenso del complejo. En planta baja se desarrollan las zonas comunes como salones de convivencia, despachos profesionales, salas de terapia,... mientras que en las dos plantas superiores se ubican las zonas privadas vinculadas a las habitaciones.
Se ha tenido especial cuidado en el uso de materiales que cumpliesen los requisitos para un edificio de estas características: alta calidad, resistencia, durabilidad, ecología, pero al tiempo otorgasen humanidad, serenidad y calidez a los interiores (suelo cálido, textura de madera, tejidos naturales…)
El albergue de transeúntes se divide en 3 usos diferenciados: albergue, comedor social y centro de atención social continuada que se desarrolla principalmente en planta baja y una planta superior reservada para las habitaciones. El acceso del albergue reproduce el concepto de plaza abierta cuyo pórtico da escala humana y protege al visitante.
Además de estos usos básicos el complejo consta de Residencia para las religiosas que gestionan el albergue, Sede social de la Institución y Área representativa con salón de actos y una capilla que es símbolo y reclamo dentro del complejo. Su presencia se evidencia mediante elementos claramente reconocibles como el campanario y la puerta de entrada con una arquitectura ordenada y serena. Accedemos por un espacio recogido y cálido pasando a un espacio magnificado que potencia el simbolismo del lugar. Éste a su vez nos abraza mediante la linea horizontal del zócalo de madera que nos devuelve a la escala humana.