Una hoja de papel arrugada fue el punto de partida de la arquitecta y diseñadora Zaha Hadid para crear la silla Kuki para la firma italiana Sawaya & Moroni. La fluidez de sus líneas orgánicas le proporcionan una elegancia sin igual que acentúan su carácter de mueble-escultura. La silla está fabricada a partir de una única pieza de plástico de color púrpura. Los bordes alineados forman las patas de la silla, responsables de apoyar la pieza. Las incisiones abiertas en forma de gota aportan a la creación una mayor ligereza. Una curva cerrada en el centro rompe la circularidad estableciendo los límites entre el asiento y el respaldo, sin perjudicar la armonía y la naturaleza orgánica con la que ha sido concebida.
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