Encargo de un director de cine francés, este ático en el SoHo neoyorquino diseñado por el estudio de Andrew Franz se estructura entorno a la abundante luz natural de la que dispone gracias a su privilegiada situación. El interior se abre a una azotea cuyo acceso se ha acristalado parcialmente para bañar de luz el piso inferior. La espectacular terraza ofrece una vista de 360º de Manhattan. Los colores, los materiales y las líneas de las piezas reflejan el estilo personal del cliente, quien deseaba un interior típicamente americano con grandes espacios diáfanos y un pequeño toque de locura que el arquitecto plasma en la paleta de colores empleada en el mobiliario.
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